La formación profesional ofrece una alternativa técnica y con una alta empleabilidad, a pesar de que los jóvenes aún la ven como un itinerario de menor importancia
Al contrario de lo que ocurre en muchas aulas universitarias, en las que la incertidumbre sobre el futuro laboral sobrevuela la atmósfera, en este ciclo de FP sobre centrales eléctricas encontrar trabajo no parece una preocupación. En los pupitres, una decena de alumnos estudian para convertirse en profesionales de la alta tensión. Es el primer ciclo formativo de este tipo que se imparte en Españay ellos son su primera promoción, una generación de técnicos especialmente formados para encargarse de operar y mantener la red de transporte de la electricidad. Mientras apuran sus horas de aprendizaje en el campus de la empresa Red Eléctrica de España, fuera el resto de compañías del sector ya han empezado a interesarse por ellos.
“No teníamos ninguna FP que tuviera que ver con la alta tensión, el sector estaba totalmente cojo. Por eso los alumnos que salgan de aquí van a tener una empleabilidad del 100%”, vaticina Óscar Soto Bouzas, responsable del programa en Red Eléctrica. El caso de este ciclo, que se imparte bajo la modalidad de FP dual, sirve como ejemplo del atractivo de la formación profesional. Las administraciones, los centros educativos y las propias empresas intentan desde hace un tiempo impulsar la FP por su carácter técnico, práctico y orientado a adquirir competencias profesionales desde el primer minuto. La promesa de un antídoto contra la brecha entre estudios y empleo, en un país con un 33% de paro juvenil.
Pero a pesar de que el número de matriculados ha crecido un 57% en la última década y supera ya los 800.000, tan solo el 12% de los alumnos del sistema educativo español lo son de FP, la mitad respecto al resto de países de la OCDE. En parte por una imagen de menor prestigio y en parte por una escasa orientación, todavía hay una barrera invisible entre los jóvenes y la formación profesional.
Los centros de FP subrayan la necesidad de que esta vía se vea como un itinerario más en igualdad de condiciones con el bachillerato e incluso con la universidad, y no como una opción secundaria o apta solo para los alumnos con peor rendimiento. “La FP debe ser una primera opción, es necesario invertir en ella en la misma medida que se invierte en otros niveles”, pide Luis García Domínguez, presidente de la asociación FPempresa, que representa a más de 180 centros de formación profesional.
Así que si ya estás pensando en qué estudiar el próximo curso o si has empezado a investigar sobre la formación profesional pero no tienes claro si es una buena opción para ti, a continuación respondemos a tres preguntas básicas para entender qué es la FP, por qué (y para quién) puede ser interesante estudiar un ciclo formativo y cómo elegir cuál cursar.
BÁRBARA SÁNCHEZ Madrid 30 ABR 2019